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miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿En qué consiste leer?

Sin duda alguna, va mucho más allá de simplemente "comprender un mensaje codificado mediante símbolos". Tiene que ver con una habilidad y una destreza que se desarrolla en la misma medida en la que se utiliza la lectura como medio de información permanente y, por tanto, como una forma de comunicación cotidiana. De allí que "leer es, en esencia, poseer el hábito y el gusto por el texto escrito". Dicho de otra manera, procesar y organizar, mentalmente hablando, cualquier texto. Esta capacidad es un ejercicio  que se desarrolla en la medida que se ejercita. De igual forma, la habilidad específica que se cultiva: lectura literal, lectura crítica o incluso "lectura creativa" (lectura que se realiza con el objetivo de generar otro texto a partir de un texto base) tiene que ver con el propósito con el que se lee.

¿Qué variables inciden en el proceso de comprensión de la lectura?

Todo lo que el individuo conoce del tema. Todo lo que hace, lo que lee o escribe, lo que escucha. En fin, su entorno social y cultural determina la "forma como lee". Indudablemente la calidad de la formación académica previa determina ese proceso lector.   Para ello deberá haber adquirido, por ejemplo, algunos hábitos básicos como:
  1. Buscar las ideas principales expuestas en el texto.
  2. Interesarse por determinar la intención comunicativa de quien escribe (en este apartado necesitará un conocimiento contextual amplio, conocer al autor, sus intereses, su cosmovisión, su circunstancia existencial...)
  3. Ser capaz de redactar un resumen coherente del texto. Para ello necesitará manejar un vocabulario amplio y, preferiblemente, tener conocimientos previos acerca del tema.                                             
Finalmente, leer siempre será un reto que, dentro de un espacio aúlico, colocará a los participantes en diferentes niveles de comprensión y esto será inevitable. Desde el docente hasta el menos habilidoso de sus estudiantes estarán recurriendo a una diversidad de habilidades y de conocimientos previos para acceder al contenido del texto. Ninguna interpretación estará jamás acabada, todas serán susceptibles de ser corregidas y ampliadas.  El docente debe tener presente este hecho porque la experiencia de lectura no será la misma para todos. Para algunos estudiantes quizás sea sencilla y feliz, para otros, complicada y frustrante. No obstante, en el aula se trabaja para todos y para que, independientemente del nivel en el que se halle cada quien, todos tengan la oportunidad de desarrollar y optimizar sus habilidades.